Cuando te vi, cuando nos vimos, mis ojos se turbaron de azul e incomprensión; tu encanto me envolvió con la sorpresa de recuerdos, de tiempos sin sustento que viven solo en sueños; vidas en el confín de un instante que no comprendo. Viviré tranquilo éste mundo de recuerdos en el rincón de la memoria, constelación de sentimientos que se ajustan en un abrazo fraternal. Llamaré aquella nebulosa con tu nombre, y observaré todos los días la magia de tu rostro y a la luz a tu verdad; volveré cada mañana al recuerdo de tus ojos, al sabor de tu voz emancipada y al calor de tus manos. Amaré esa sonrisa que retumba en el latido de un ruiseñor, latido que te recuerda como un canto, cuyo código solo podrá descifrar mi corazón.E. Rivadeneyra
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QUE HERMOSO POEMA.
ESTA PADRISIMO ESE PENSAMIENTO.. SENTI COMO SI ME LO DEDICARAS…. QUZA ES PORQUE ES MUY PROFUNDO LO QUE ESCRIBES. FELICIDADES
DIOS TE BENDIGA.
POR SIEMPRE TUYA…